martes, mayo 30, 2006

UNA HISTORIA DEL CARNAVAL EN PUENTE ARANDA

CAPÍTULO 3
UNA HISTORIA DEL CARNAVAL EN PUENTE ARANDA


Por: Edgar Rojas Vásquez y Felipe Chávez Gutiérrez


“La apropiación del patrimonio a través de cualquiera de sus múltiples posibilidades de uso debe producir el placer del encuentro con el otro, enriqueciendo de esta manera los valores de la comunidad” (Convenio Andrés Bello)


Con el cansancio después de coordinar los eventos del Cuarto Carnaval de Puente Aranda, con ese sabor melancólico por el proceso que termina y la ilusión de la futura fiesta, nos reunimos Edgar Rojas y Felipe Chávez con el ánimo de conversar para generar un documento - memoria del proceso carnavalesco en la localidad de Puente Aranda. Llevé una propuesta de estructura con cuadros que cruzaran las variables: institucional, organizativo, estético y lo festivo en cada una de las versiones del Carnaval; Edgar anotó que ese tipo de información se ve fragmentada, que es preferible una narración donde se comente el proceso pero que las conclusiones sean realizadas por el lector... Combinando las dos propuestas decidimos grabar la conversación para después transcribir los pasajes más importantes. Hicimos una pausa para tomar un café mientras conseguimos pilas para la grabadora y la palabra.

REC:

Felipe: Me interesa comentar el proceso; cómo ha evolucionado el Carnaval en cada versión, cómo el carnaval ha sido una excusa para generar una tradición local y esto ha permitido la consolidación de organizaciones, artistas, agentes y gestores culturales en Puente Aranda.

Edgar : Sí, pero empecemos por la búsqueda inicial del Carnaval. Es curioso que el primer carnaval realizado en 1996 hacía parte de un proyecto denominado “Oportunidad a jóvenes y talleres de liderazgo”. El contexto de la descentralización del Estado con procesos como “Localízate” permitieron un primer encuentro de los artistas que habitamos la localidad pero no nos conocíamos; allí aparecieron artistas profesionales y otros legos que empezaron a prender mutuamente. En ese momento solo sabíamos que queríamos un espacio de expresión para los jóvenes y los artistas profesionales que ya no necesitábamos ir a la Candelaria para sentir un ambiente cultural pues la cultura se podía dar desde nuestra localidad.

Felipe: En ese momento la inversión fue de diez millones de pesos que se gastaron fundamentalmente en eventos culturales.

Edgar: Aunque había un componente pedagógico muy importante en los talleres de danza, zancos y teatro que permitieron la realización de comparsas; aunque eso es mucho decir pues las comparsas eran un desfile de gente maquillada bailando al son de la música; recuerdo una coreografía que daba dos pasos para adelante y tres para atrás, no avanzaba y el tallerista la quería mantener.

Felipe: ¿Cuál era la estructura de los eventos?

Edgar: Al proponer el nombre de Carnaval, buscábamos un espacio festivo para que cada uno se la gozara, queríamos en el fondo imitar los carnavales tradicionales de Colombia, por eso se plantearon unos eventos precarnaval como la batalla de flores, la lectura del bando, los pregones de carnaval. Esas actividades permitieron que cada ocho días saliera el mismo grupo de gente con comparsas nuevas. No era la expresión del pueblo en general sino de un grupo de personas interesadas en el carnaval.

Felipe: Pero también hubo eventos grandes como el concierto de rock y el de Totó la Momposina.

Edgar: Esos fueron momentos muy importantes para la historia cultural de la localidad pero nuestra ignorancia en producción de eventos era tal que el concierto incluyó grupos de música andina y rock, hasta se robaron la batería y del concierto de Totó la Momposina solo queda una foto mal tomada sin ningún referente de público o de la localidad.

Felipe: La organización era muy incipiente, creo que se manejaba plata de bolsillo y quienes se comprometieron con los diferentes componentes del proyecto en realidad no tenían la capacidad ni el conocimiento; hablo de la producción, el registro, la gestión ante la empresa privada. En ese momento tenían muy buena voluntad pero muy poco conocimiento en términos de producción artística y de eventos. Pienso que eso se refleja en la calidad de los productos.

Edgar: Pero las cosas apenas empezaban, la fiesta popular con amplia participación era una pretensión, lo importante era el diálogo entre unos artistas con trayectoria empírica, algunos profesionales y una cantidad de jóvenes y abuelos que tenía por primera vez un espacio de expresión, eso difiere mucho de lo que hoy se habla sobre indicadores de gestión o rentabilidad de los proyectos.

Felipe: La formulación del proyecto era incipiente.

Edgar: Sí, porque el proyecto consistía en armar el proyecto mismo, era construir una fiesta con los que estaban. Ahora los términos de referencia de los proyectos hacen que la fiesta venga prefabricada.

Felipe: Me parece que la formulación de los proyectos siguientes han permitido maximizar los recursos para que se vea la inversión y se mejore la calidad.

Edgar: Sí, pero cuando los proyectos actuales llegan a la U.E.L. quedan sin sabor pues los proponentes no pasan un proyecto como tal sino un mero plan de trabajo. Ya no se plantea una justificación, unos objetivos, unas alternativas de solución, simplemente se responde cómo se van a gastar unos recursos.

Felipe: Eso lo empezamos a aprender en el año 1999 con el proyecto “Barrio en el Umbral” del Departamento Administrativo de Acción Comunal D.A.A.C. y el Instituto Distrital de Cultura y Turismo I.D.C.T. ya para ese momento se hablaba de cofinanciación que - palabras más, palabras menos – consistía en que la comunidad trabajara gratis y el estado le daba los materiales. Eso nos permitió formular el Segundo Carnaval que costaría cincuenta millones pero nos dieron veinticinco, el trabajo los pusimos todos.

Edgar: Allí el factor contractual empezó a afectar al Carnaval pues el D.A.A.C. desde su inexperiencia nos hizo un contrato de obra y no de prestación de servicios, nos desembolsaron una semana antes del evento final del proyecto lo que generó problemas contables pues las acciones y los materiales ya se habían invertido.

Felipe: Del taller de formulación de proyectos con el D.A.A.C. creo importante recordar que se profundizó una suerte de división cultural en la localidad. El programa “Barrio en el Umbral” pretendía la integración de todos los agentes culturales locales en el desarrollo de un solo proyecto. Pero Puente Aranda fue una de las pocas localidades donde se desarrollaron dos: Un proyecto denominado “Articulaciones de pedagogía artística en la localidad 16”, ejecutado por la “Red de Cultura Local de Puente Aranda” quienes decía ser el 80% de los asistentes al taller, pero se desintegraron al final de la ejecución. Y dos, el “Segundo Carnaval de Puente Aranda” ejecutado por la “Red Cultural Puente Aranda (Incógnita - Carretaca)” quienes habíamos iniciado un trabajo solidario para la convocatoria de “Comparsas para Bogotá” de 1999 con ese nombre y cuatro años después mantenemos activo ese trabajo integrador de diferentes procesos culturales locales y distritales. Lo digo porque me parece que el trabajo en Red permite consolidar la identidad del Carnaval, facilita la logística, la credibilidad y la movilidad social.

Edgar: Ese año permitió una gran difusión de Puente Aranda como localidad cultural pues la Comparsa Base de Carnaval participó en diferentes eventos en otras localidades: Bosa, Kennedy, Ciudad Bolívar y Tunjuelito vivieron un circuito cultural, en noviembre y diciembre cada ocho días se encontraban las mismas comparsas en diferentes lugares de esas localidades integrando eventos como: La Muestra de arte Popular y la Invasión Cultural en Bosa, el Carnaval de Antorchas y el Cumpleaños de Kennedy y la semana cultural de Ciudad Bolívar y el carnaval de Tunjuelito. Eso permitió que el desfile final de Segundo Carnaval de Puente Aranda tuviera dieciocho comparsas, un evento inolvidable.

Felipe: El Segundo Carnaval continuó con el rock, se hizo un concierto en una bodega con nueve bandas. El carnaval se lanzó desde el 31 de octubre con funciones en diferentes barrios así como el día de las velitas, el Primer Salón de artes Plásticas en la Casa Museo Antonio Nariño y el 18 de diciembre fue el gran desfile. Ya la producción logística iba mejorando pero los medios publicitarios fueron escasos por ejemplo no hubo afiche -aunque en ese sentido se debe diferenciar la publicidad de la convocatoria- ya se empezaba a delinear una identidad propia del Carnaval en Puente Aranda como escenario para las diferentes expresiones culturales locales y como proceso vivo, no como eventos sueltos.

Edgar: Por ese tiempo llegó la U.E.L. (Unidad ejecutiva de Localidades) a coordinar la contratación. El plan de desarrollo Local ya contemplaba un proyecto denominado “Segundo Carnaval Sectorial Cuatro”

Felipe: Ese sectorial casi corresponde a lo que hoy es la UPZ 43 San Rafael.

Edgar: Los términos de referencia daban continuidad al proceso del Segundo Carnaval, con el problema que en ese sectorial no estaban radicados los grupos culturales, por eso se ejecutó en el primer semestre del año 2000 principalmente con la población escolar en un proceso muy interesante que incluyó funciones de comparsa, teatro, danza, títeres y conciertos didácticos de la Orquesta Sinfónica de Bogotá en los centros educativos; además del proceso pedagógico de comparsas donde los jóvenes que habían sido beneficiarios del Primer Carnaval y participantes de la comparsa Umbral Imaginario (1999) como los integrantes de la Asociación Cultural Incógnita ya eran los asesores de comparsa en los centros educativos lo que se reflejó en la factura de la producción.

Felipe: Por ese tiempo se generó un debate muy curioso entre la base cultural local. Algunos dijeron que el Carnaval “fue hecho por artistas foráneo”, cuando la Sinfónica vino de manera gratuita para ampliar la programación de precarnaval, se llegó a decir que eso había sido un “desfile de niños disfrazados, sin ningún impacto”, además otros confundieron las obligaciones de los proyectos Segundo Carnaval (D.A.A.C., 1999) y Segundo Carnaval Sectorial Cuatro (U.E.L. 2000)

Edgar: Lo importante fue continuar el proceso de carnaval involucrando al sector escolar y al comunitario con grupos de adultos mayores y de jóvenes. Desde el Primer Carnaval se dio la discusión sobre la calidad, pero siempre es más fácil criticar que construir.

Felipe: Yo siento que eso pasó con el Tercer Carnaval, proyecto de la vigencia 2001 ejecutado en el 2002 por la Fundación Cine Estudio el Túnel. La propuesta contemplaba actividades como una comparsa con los presos de la Cárcel Modelo y traer a las mejores comparsas de la fiesta de Bogotá; pero al ver el desfile final era difícil determinar dónde había quedado la inversión de materiales para comparsas, incluso los miembros de una Junta de Acción Comunal iban en carros adornados con bombas inflables, con el radio a todo volumen y una guacharaca en la mano.

Edgar: Ya eso nos puso en los extremos conceptuales sobre el Carnaval Local.

Felipe: Nosotros desde la Red Cultural Puente Aranda creemos en la fiesta popular pero no creemos en la “comunidad” abstracta, ni que “la cultura los es todo”, creemos en la comunidad organizada, en unos artistas que representan de manera organizada a la comunidad, por eso consideramos que las comparsas deben tener un nivel de elaboración estética, que no es simplemente desfilar disfrazado y creerse alegre. Y esto no riñe con el concepto fundamental del carnaval que es donde se rompe la barrera entre “el artista” y “el público” pues una simple máscara de harina permite deshinibirse y ser protagonista de la fiesta.

Edgar: Eso lo demuestran los carnavales de Río de Janeiro, de Pasto, de Riosucio o Barranquilla que tienen expresiones artísticas depuradas, de muy alta calidad que cumplen la función de motivar la fiesta; en esos desfiles los artistas y los espectadores son un solo espectáculo carnestoléndico; pero sin calidad artística ¿Quién motiva la fiesta?,

Felipe: la fiesta de carnaval no se da espontáneamente, requiere unos procesos de organización.

Pausa

Ya en ese momento era necesaria una pausa. El sabor de los recuerdos se mezclaba con un nuevo café. Ya estábamos en el plano de las definiciones que habíamos procurado evitar pues consideramos el Carnaval como un proceso en construcción, acordamos no definir para dar mayor amplitud al debate, revisamos las críticas expuestas y valoramos ésta oportunidad para plantear posiciones conceptuales propias aún siendo conscientes de que hacen falta las voces de otros carnavaleros locales. Ojalá las siguientes versiones de carnaval permitan seguir sistematizando ésta experiencia. Revolviendo el azúcar regresamos al tema.

Rec

Edgar: Yo pienso que el Tercer Carnaval lo realizaron con un concepto muy alejado de lo que se había construido en el Primer Foro sobre Carnaval con Juan Carlos Moyano y Fernando Duque Mesa en el año 2000 y de la historia adelantada.

Felipe: Sí, nosotros empezamos a percibir una gran distancia conceptual frente a la identidad propia del carnaval. Radicalmente para nosotros el carnaval de Puente Aranda no es hacer un carnavalito de Barranquilla en la localidad. El slogan, la imagen del afiche y la dinámica general debería apuntar a la construcción de una fiesta carnavalesca para las necesidades culturales y festivas de Puente Aranda.

Edgar: los grupos y artistas de la Red Cultural Puente Aranda decidieron no participar por las condiciones que ofrecieron, fue una decisión política para mantener el debate que hay planteado sobre la calidad.

Felipe: como público yo esperaba un carnaval gigantesco pues ya había 35 millones de inversión, pero un desfile después de la ciclovía por la carrera 50 no genera mayor impacto, es una vía muy amplia que no convoca. Yo no creo que un evento local tenga la capacidad de atraer al público, por el contrario creo que se deben llevar los eventos a donde está el público.

Edgar: El desfile es solo un componente de todo el proyecto, que rinde cuentas del trabajo pedagógico, eso es lo que queremos reivindicar: El carnaval como Proceso que ha potenciado la organización cultural en la localidad. Del Cuarto Carnaval por ejemplo se fortalecieron los grupos barriales de teatro, de danza de adultos mayores, los literatos, incluso los artistas plásticos iniciaron su proceso de organización.

Felipe: Así llegamos al Cuarto Carnaval. Ese sí fue un sueño hecho realidad, en primer lugar porque ya tenía una inversión de cuarenta y cinco millones de pesos que permitieron tener recursos de calidad para la producción, las asesorías, la logística, la coordinación y la memoria. Cada componente del proyecto tuvo una producción de calidad, asesores idóneos, buena difusión; aún con sus defectos y modestia a parte, siento que el Cuarto Carnaval ha sido el proyecto cultural con mayor impacto, posicionamiento, credibilidad y presencia en todas las UPZ, que se ha realizado en la localidad.

Edgar: Yo no estaría tan seguro pues si fuera así, se mantendría un esquema similar para las versiones siguientes, pero la formulación del Quinto Carnaval deja perder procesos tan valiosos como el Salón de Fotografía y en espacial el Salón de Artes Plásticas que ya iría para su tercera versión.

Felipe: Aquí aparece otra diferencia conceptual con otros agentes culturales locales. La planeación de los proyectos culturales locales se debe hacer desde la investigación sobre la realidad cultural local...

Edgar: No creo que se deba quitar el Salón de Artes Plásticas con el argumento de que en el proyecto de Estímulos a la Creación hay otro Salón, pues son exposiciones que responden a necesidades diferentes. Lo de Estímulos a la Creación es meramente competitivo pero el Salón del Carnaval es un espacio de encuentro, de diálogo; de nuevo el carnaval como excusa para encontrarse y hacer la fiesta de la convivencia.

Felipe: El Carnaval local tiene tres componentes fundamentales: Uno: el proceso pedagógico para la elaboración de comparsas, dos: la programación de precarnaval donde se presentan las diferentes expresiones de las artes y tres: la gran fiesta de carnaval con el desfile de comparsas y la verbena popular. En ese sentido, las artes plásticas deben tener su escenario propio en el marco de un Salón de Artes Plásticas, igual que la artesanía en la Feria, la música en diversos conciertos, la danza, el teatro y la literatura en sus propios escenarios y todo junto como un gran precarnaval. Ya el componente pedagógico plantea la inquietud de integrar las diferentes disciplinas artísticas en el montaje de comparsas. Quiero decir que el carnaval permite la expresión de cada disciplina en su contexto y al tiempo invita al teatro, la danza, la literatura, la música y las artes plásticas a mezclarse y convivir en ese lenguaje integrador e itinerante de la comparsa. Cada disciplina tiene derecho a tener su escenario en ambos momentos.

Stop

Mientras paramos para voltear el casete nos imaginamos las reacciones ante éste documento, los que se sentirán aludidos, los que no conocía ésta versión de la historia y en especial nos imaginamos a los lectores que identifican una nueva realidad cultural en la localidad, los que encuentran en la diferencia de pensamiento una oportunidad para crecer; los que han visto el proceso del carnaval, esperan una justificación conceptual sobre el proyecto y encuentra un debate abierto en el que pueden participar, sean artistas, gestores o público. Así descubrimos que para esas personas elaboramos éste documento, las que comparten con nosotros el ánimo de construir una localidad diferente con escenarios para la expresión, la crítica y el debate que mejoren la convivencia, la productividad y la expresión artística de Puente Aranda.

Comprendemos que tenemos el privilegio de elaborar el primer documento memoria del Carnaval de Puente Aranda que abarca gran parte de la dinámica cultural y la historia de la localidad. Por eso preparamos un último café y continuamos la charla:

Rec

Felipe: Si ya abordamos la historia, la calidad, lo estético y la participación, nos hace falta el elemento institucional.

Edgar: No, ya habíamos dicho que el contexto de la descentralización y la democracia participativa permitieron el nacimiento del Carnaval.

Felipe: Pero también su consolidación, procesos como los Encuentros Ciudadanos enmarcados en el Acuerdo 13, permitieron la priorización del Sistema Local de Cultura que en su línea de acción de “Difusión y eventos” tiene el proyecto del Carnaval Local como evento tradicional, asegurando su realización durante tres años seguidos, esperamos que se le pueda dar esa continuidad de ahora en adelante.

Edgar: Lo institucional también tiene que ver con la percepción de los Alcaldes Locales y la Junta Administradora Local sobre el proceso. En eso hemos ganado mucho en los últimos tres años, el sector cultural se ha visibilizado con el Sistema Local de Cultura y con la calidad en la ejecución de los proyectos. La financiación del carnaval también depende de la capacidad de interlocución política que tenga el sector... Pero ahí ya nos saltamos de la historia del Carnaval a la del Sistema Local de Cultura.

Felipe: Es posible, pero todo está relacionado, por eso es un sistema. El Carnaval fue un hito que motivó un proceso cultural en la localidad que se convirtió en el Sistema Local de Cultura y ahora es el Sistema el que debe asegurar la permanencia del Carnaval.

Edgar: Esa es la visión sistémica que hemos procurado concertar con la base cultural local, el Consejo Local de Cultura y la Administración Local. Ahora viene algo más interesante, la participación de los estudiantes de la Escuela de Formación Artística de Puente Aranda EFAPA en el Carnaval, en el fondo son ellos los que deben apropiarse de las dinámicas culturales locales.

Felipe: en ese sentido me preocupa el proceso de contratación, si las organizaciones locales no son competitivas, se abre la posibilidad de que cualquier contratista sea local o no, venga a ejecutar un contrato, saque su ganancia y deje el proceso en el aire.

Edgar: Pero si la comunidad se ha apropiado verdaderamente del proceso, debe exigirle al contratista la continuidad y la calidad. Lo grave es que cada día los grupos sean barriales o profesionales tienen mas problemas de financiación y ya no los motiva participar en actividades “Por amor al arte”. Hay mas conciencia del proceso económico para mantener un proceso cultural y la participación no se da espontáneamente.

Felipe: Ese es un elemento final de la gran contradicción del Carnaval. El estado paga una fiesta para el disfrute del pueblo.

Edgar: Sí, en la antigüedad el rey pagaba la borrachera para después apretar mas la explotación; por ejemplo el carnaval de blancos y negros de Pasto celebra el día de libertad que se les daba cada año a los esclavos para después volver a la “normalidad establecida”: seguir en la esclavitud.

Felipe: Teóricamente, sin alteración de la autoridad no hay carnaval.

Edgar: en el carnaval de la modernidad la autoridad estatal no significa lo mismo que significaba la monarquía. En la modernidad el poder no solamente está representado en el estado y sus gobernantes... Lo importante es diferenciar la fiesta del consumo que hace parte de la rutina del trabajador cada fin de semana, de la fiesta popular que altera el orden pues la calle es escenario, el parque es tarima, el joven es duende, el viejo es bailarín, la diferencia es punto de encuentro...

Felipe: Y así sucede el carnaval en Puente Aranda, con sus limitaciones, amores y resquemores.

Edgar: Con esa contradicción entre los formalismos contractuales y la fiesta que disfruta la gente.

Felipe: con el esfuerzo de unos líderes que se ponen el overol para organizar la fiesta donde todos bailan y gozan.

Edgar: donde comprendemos que siendo diferentes podemos convivir y construir una localidad mejor, productiva y creativa.

Felipe: en un país donde unos pocos pretenden institucionalizar la tristeza, la localidad 16 de Bogotá: Puente Aranda construye instantes de alegría transformadora...

STOP – EJECT

El tema queda iniciado; quisiéramos abordar la cantidad de anécdotas en cada carnaval, hacer la lista de carnavaleros que han alimentado el proceso, hacer un directorio con los agentes culturales locales actuales, quisiéramos abordar la historia cultural local mas allá del carnaval, en definitiva quisiéramos dejar un insumo para le Diagnóstico Cultural local que tanta falta nos hace, pero el espacio se acaba y el café también. Al despedirnos, con esa confrontación entre lo que no se ha hecho y todo lo que está por construirse, nos miramos y con una sonrisa repetimos el grito que nos acompañó los últimos meses: ¡Alegría Local, Magia de Carnaval!

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